domingo, 18 de mayo de 2014

Creo,

que estamos restándole importancia a las cosquillas,
a esos pequeños rinconcitos misteriosos,
allí donde debemos conducir nuestras caricias,
para hacer que la risa brote desde tu garganta,
que la luz se abra paso en tus ojos,
que surja la paradoja y quieras que pare y que siga a la vez.
Y ahora cabría añadir que cuando te hago cosquillas, te encojes, se te eriza la piel, e intentas esconder el cuello como si fueras una tortuga, pero me gusta. 
Y el mundo debería buscar las cosquillas.
Y el placer de la risa.
Sobretodo, si es la tuya.

 

4 comentarios:

  1. Como siempre, sacándome una sonrisa con cada uno de tus textos, y es que tu forma de escribir, de plasmar en letras es maravillosa.
    No se si te ocordarás del blog sonrisasvoladoras, pero por diversos motivos lo tuve que ir abandonando, pero ahora vuelvo con nuevas fuerzas, con nuevos planes, y me gustaría que te pasaras por este nuevo, y que si te guste formes parte de su historia:
    http://carminyarmadura.blogspot.com
    Un besito

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    1. Vaya pedazo de alegría, ¿cómo iba a olvidarme de ese blog? Me he acordado de él varias veces, me alegro de que hayas vuelto.
      Me paso ahora mismo.

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  2. Precioso, como cada cosa que viene de ti. No dejes de hacer cosquillas. Nunca.
    Un abrazo enorme.

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