miércoles, 23 de octubre de 2013

Convivo con las ganas que a ti te faltan.

Voy a escribirte una carta,
ya la dejaré debajo de tu felpudo,
escondida en una viga,
tal vez en una botella de cristal posada en tu muro,
o en algún sitio donde te cueste encontrarla.
No sé por qué siempre escribo cartas,
llámame cobarde, si quieres.
Pero es bonito, no me lo niegues. Soy invierno, perdóname, no puedo quererte. También tengo mi parte bonita; una que huele a nieve y sabe a chocolate. Que se siente como pasos en una acera congelada, con frías luces de navidad. Estoy acostumbrada a estar al pie de guerra. Al borde del precipicio. Ojalá pudiera quedarme en el lado seguro,
sobretodo, si es con unos ojos como los tuyos.
Pero no puedo.
Convivo sin las ganas que a ti te sobran.
Atentamente,
nunca tuya.

Ojalá pudiera escribir un papel, de un color discreto y con tinta negra, y dejarlo aquí dentro. Nombres, fechas, lugares. Explicarle a Cupido a quién debe apuntar. Garabatear tu nombre en un papel, dejar que arda, que no se quede tan adentro. Podría pasarme la vida entera negándolo... Y aún así, todas las noches soñaría con la misma persona.

2 comentarios:

  1. El párrafo del final, el de debajo de la foto... Me ha encantado (como todo, como siempre).

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    1. Ya sabes que a mí me encanta tenerte por aquí.
      Muchas gracias (como siempre)

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