domingo, 21 de diciembre de 2014

Me asusta el portazo, las cortinas corridas, el penúltimo adiós, y en realidad, todos los momentos que dejas pasar sin saber que van a acabarse; que no habrá un "continuará", que es un libro que se acaba sin la segunda parte, o un disco rayado que recita siempre el mismo verso, con la incertidumbre de qué pasará al final de la canción. Me asusta llamar y que nadie conteste, llegar sin que nadie me reciba. El frío impregnado en las sábanas, una estantería sin libros, una mirada vacía de sentimientos.
El "No estoy. Pero aún no me he ido del todo.",
el "No, hoy tampoco voy a ir."
Me asusta perder y la decepción que conlleva a veces ganar.
Me asusta el yo sin ti,
pero aún peor es el yo sin mí.
Olvidarse incluso de lo que significa ser tú,
de la experiencia que es ser propiamente nuestros,
dueños de lo que somos.
El único desamor que temo es el propio.

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