miércoles, 17 de septiembre de 2014

Ahora sé que te gusta el olor a lluvia y el sonido de las pisadas en el suelo mojado, de las gotas en la acera. Ahora sé que la lluvia hace juego con tus ojos y que cuando el cielo está nublado brillan de manera diferente. Ahora sé que tu voz suena diferente cuando baila en mi oído junto con el sonido de la lluvia al caer.
Y he venido a decirte que hace ya un tiempo firmé un pacto con tu piel y ahora me perteneces. Perteneces al eco de mi risa, al hueco de mi clavícula, al silencio de mis parpadeos, al compás de los latidos de mi corazón, a los cinco dedos de mi mano derecha junto a los cinco de tu mano izquierda.
Y eso, me gusta.
Me gusta que me hayas regalado un sinfín de momentos con los que llenar mis bolsillos; me gusta que no sepas que yo te he regalado otras tantas palabras aunque digan que ellas no valen nada.
Me gusta que ahora solo tenga que mirar al cielo para ver la Osa Menor...
Incluso de día.
Me gusta porque nunca había sido capaz de distinguirla de las demás.
Pero aquella noche, las estrellas bajaron y nos besaron en la frente. Una a una.
Y fue porque tú estabas conmigo.

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