miércoles, 1 de enero de 2014

Puede que no fuera la mejor manera de acabar.
La lluvia se pegaba en la acera,
y en mi pelo,
y en mis manos sin guantes.
Metí las manos en los bolsillos, y aún así, las sentía heladas.
Y entonces me recorrió un fogonazo,
un escalofrío,
de pies a cabeza.
Aquella noche también tenía las manos frías. Y entonces tú, con un gesto casual, como quien no quiere la cosa, las tomaste entre las tuyas y te las llevaste a los labios para intentar calentarlas con tu aliento.
Puede que sea un error escribirlo a estas alturas,
pero bueno,
uno más.
365 nuevas oportunidades, o eso es lo que dicen. Acabé el 2012 diciendo que el año que venía sería nuestro año. Y no lo fue. Supongo que ya es costumbre:
El 2014 será nuestro año.

2 comentarios:

  1. Conocí a un hombre que todas las mañanas decía "hoy va a ser un gran día",
    para él todos los días lo eran, no fallaba.
    Tus años tampoco fallan.

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    1. No me esperaba un comentario así, supongo que por eso me encanta. Muchas gracias por pasarte y por comentar, :)

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