miércoles, 23 de octubre de 2013

Estamos hartos de que nos hablen de alguien diferente. Alguien que apareció de repente, que superaba nuestras expectativas.
23 de febrero y llovía a mares. Qué típico.
Y era artista, pero artista en su corazón,
y en el mío.
Nunca supe a qué se dedicaba. Al menos, no del todo. Tocaba muy bien el piano,
sobretodo en mi espalda.
Tenía esa mirada tan intensa, tan penetrante... Y a veces me rozaba y parecía que sus dedos atravesaban la piel y me acariciaban la sangre. Miraba fijamente todo. Incluso a mí, mientras desayunaba, lo odiaba. Siempre tuve la sensación de que me miraba mientras dormía, y desde luego tuvo tiempo de aprenderse todos los pliegues de mi piel.
Nunca me dejaba ver sus cuadros, pero pasaba horas en el estudio. A veces gritaba, y se desesperaba. Decía que yo era la única que sabía calmarlo. Y eso que no hacía nada. Porque si la gente está acostumbrada a andar por la acera y encontrarse a esa persona diferente... Nosotros no. Nosotros éramos antidiferentes. Y nos encantaba.
Un día aparecí por sorpresa en el estudio y lo pillé sonriendo. Descubrió el cuadro que tenía en frente, y me encontré cara a cara con mi propio rostro.
Nunca pensé que alguien fuera a dibujarme.
Y sin embargo, me encantó mirarme. Era más puro que un espejo.
Me pregunté si todo el mundo me veía así, tal y como él me había dibujado,
supuse que no,
y desde entonces, no he querido salir de sus pupilas.

Más tarde, me pregunté cuándo lo habría pintado, y busqué hasta encontrar una fecha escrita con delicadeza en la esquina inferior derecha,
22 de febrero,
ponía.
Ese gilipollas apareció cuando menos lo esperaba. A los pocos segundos, con la gilipollez más absoluta, se las arregló para robarme la primera sonrisa. Y juraría que era la más sincera en meses.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Felicidades muy, muy adelantadas, entonces. Es una casualidad de las bonitas, ¿no? :)

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    2. En breves, volverá a ser 23 de Febrero. Me acabarán cayendo 20.
      Pero sin duda mi regalo adelantado es poder leerte. Eso si que es una casualidad de las bonitas, como lo que escribes tú.

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    3. ¡Ojalá pudiera felicitarte el día que es!
      Yo escribo encantada, teniendo a personitas como tú por aquí, ¡vaya cosas más bonitas me dices!
      Un verdadero placer que me leas,
      un beso.

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