jueves, 18 de abril de 2013

Yo creo que hay personas que hacen magia.
Y lo mejor, es que no se dan cuenta.
Acuérdate de cuando me cediste tu sitio del autobús. Tú. El de la mochila roída y los ojos pegados a un libro. Ese libro. Romeo y Julieta, el de las tapas gastadas, similar al mío... ¿Te das cuenta de las pocas personas que hoy en día leen a Shakespeare por puro placer, te das cuenta de que dos de esas personas estaban en el mismo autobús,el mismo día, que nuestros ojos se rozaron a la vez dos segundos y en esos dos segundos pasó de todo y sin ocurrir nada?
Yo creo que eso es magia.
¿Tú no?
Piensa que yo siempre quise tocar la guitarra. Imaginate el lío que se montó en mi cabeza días después, cuando te vi en frente de mi panadería favorita, con la guitarra al hombro.
Eso, es magia.
Más aun. En la primera cita. Cuando sin querer mi camiseta era del mismo color que la camiseta que llevabas por dentro del suéter, la que se asomaba en forma de un pequeño triángulo. Cuando nuestras voces coincidieron al decir, "¿Pepsi? ¿No tienes Coca-cola?"
Eso, es magia.
Por eso estoy escribiendo esto. Para decirte que hay personas que hacen magia y tú eres una de ellas.
¿Con quién sino leeré pasajes de Romeo y Julieta sin aburrirnos?
¿Quién me enseñará a tocar la guitarra?
¿Qué otra persona podría ser mi música, mi melodía?
¿Quién tendrá siempre en la nevera una Coca-cola para mí?
El destino es magia. O más, mucho más. Magia somos nosotros. Magia fue conocerte, pero, te juro que lo más mágico de todo fue quererte.

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