miércoles, 27 de marzo de 2013

"Debería estar prohibido tener que estudiar cuando echas de menos a alguien."

Esta entrada, pequeño Fyahbwoy, va para ti.
Porque hay amistades, bueno, digamos... historias, que no empiezan con un choque, con un abrazo o dos besos. ¿Ves eso? ¿Ese título? La primera vez que me retwitteaste. Supongo que ahí empezó todo. Hasta entonces, para mí eras un chico que me robó la silla para sentarse él, en la única clase que compartíamos. Sé la fama que tenías, al igual que lo sabes tú. Lo que no sé, es como pude equivocarme tanto. Porque bueno, no soy una experta en las habladurías de la gente, pero si podría decirte lo genial que eres, lo mucho que te debo. Decirte que conservo todos los mensajes del Ask, esas buenas noches tan tuyas, todos esos mensajes, los consejos, los ánimos... Que no pienso borrar, que aún leo, de vez en cuando.

Porque ahora mismo se me ocurren un millón de detalles por los que darte las gracias. Es lo que importa, tú mismo lo dijiste. Pero es que siempre te las has arreglado para hacerme sentir grande. Como cuando escribes las frases de mi blog, como si pensaras que todo lo que escribo merece la pena ser leído. Detalles como que me pidas ayuda cuando no sabes algo, que me des unas buenas noches "de película", que me llames Taylor, que estés ahí para decirme que tengo que ser fuerte, que luche, que no me rinda. Para hacerme sentir fuerte. Bueno, ya debes saber que yo voy a estar aquí, que eres mi amigo, de los mejores, aunque suene rarísimo decirlo. Que te mereces mucho más que esta entrada, que no es gran cosa, pero siempre eres tú el que tiene unas ganas permanentes de leer algo mío, asi que me apetecía que esta entrada llevara tu nombre.
Gracias, mil gracias.

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