lunes, 31 de diciembre de 2012

Conserva tus sueños. Nunca sabes cuándo te harán falta.

Esos pequeños sueños, pero también los grandes. Los pequeños deseos que hacen de este mundo algo grande. Los que todos tenemos, ¿cuales son los vuestros? A mí me gustaría una tarde viendo nevar con mi taza de chocolate y mi libro entre las manos. Salir a bailar bajo la lluvia, aunque probablemente me resbale, me caiga y acabe con los pantalones mojados. Darlo todo, dejarme la voz, en ese concierto al que estoy deseando ir. Saltar, gritar, bailar. Dejar de preocuparme por las cosas pequeñas y las que, aunque no son tan pequeñas, no le preocupan a nadie más. Dejar atrás los celos, los remordimientos, las malas caras y las malas contestaciones. Darme cuenta de quiénes son las que están ahí pase lo que pase, porque siempre lo han estado. No dejar pasar las pequeñas cosas. Como esa tarde que te pasas viendo una película con palomitas porque no tienes que estudiar. Como ese paseo a la biblioteca, con los cascos puestos, andando tan deprisa que no eres consciente del mundo a tu alrededor y sólo estás pendiente de ti misma, de lo que tú piensas, de lo que tú sientes. Ese momento en el que descubres que de esa camiseta que te gusta tanto, solo queda una talla, la tuya. El increíble cosquilleo de ver a tu ídolo hablar en la tele. La historia de ese libro que te absorbe tanto que no puedes parar de leer, que no quieres que termine y cuando lo hace, solo quieres leer más. Esa película que te hace llorar de lo bonita que es, que te hace pensar "yo quiero una historia así" Que tu corazón se acelere minutos antes de verle. Salir de casa siendo consciente de que te lo vas a pasar bien. Hacer todo tipo de locuras. No sé, sueños pequeños, deseos normales. 2013, vas a ser mi año.

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