martes, 4 de septiembre de 2012

Hoy fue ese día. "Nuestro" último día, por llamarlo de algún modo. Lo peor fue despedirme de ti. Sí; despedirme de las risas, las palabras, los gestos, las miradas. Despedirme de tu sonrisa sin poder evitar preguntarme cuándo la volveré a ver. Sí, para mí lo más duro fue la despedida, pero, claro, tú no sabías que era una despedida.

Debería meter una chaqueta, puede que haga frío. Y que no se me olvide cojer el cepillo de dientes y el líquido para las lentillas. Ah, y la espuma para el pelo. Creo que mi madre dijo que me la había dejado encima de la mesa. ¿He metido mi camiseta favorita? Tal vez deba meter otro par de calcetines, por si acaso. Y otros pantalones largos, pero si meto algo más, mi maleta explotará... Bueno, entonces ya está. Todo listo. Espero no olvidarme nada.
No me olvidaré de nada, y mucho menos de ti.
Aunque, lo difícil no va a ser el viaje. Lo difícil, es que tú no estarás cuando regrese.

4 comentarios:

  1. ¿Estas segura de que no estará cuando regreses? Todo puede pasar ¿vale?

    PD: Me paso tal y como me has pedido, que sepas que esta muy bien el blog!

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  2. Este texto tiene algo demasiado especial, es triste y así lo veo como una despedida demasiado fría, una despedida plagada de lágrimas, pero me encanta. Es especial, la forma en la que lo has relatado, los sentimiento que se producen a leerlo, todo en general.
    Un besito

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  3. Quizá él no te espere a la vuelta pero, ¿quien te garantiza que durante el viaje no encontrarás a alguien mejor?

    El texto una maravilla, melancolico como a mi me gustan pero al fin y al cabo genial.
    *besos
    rellenos de
    felicidad*

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