jueves, 13 de septiembre de 2012

Esta soy yo, muy de aquella manera. Encuentro el equilibrio entre ser coqueta y presumida y no serlo, y la manera de acabar llevando siempre deportivas. Me gusta lo sencillo, pero también me gusta resolver lo complicado. No como helado de chocolate cuando estoy depresiva desde que descubrí la Nutella. Me gustaría un mundo en el que el verano no fuera tan corto, pero no muy largo, que no hubiera tantos meses de instituto, pero que hubiera alguno para que no resultara tan aburrido.
Y hay algo que he descubierto hace apenas tres días; soy bastante caprichosa, y debería dejar de serlo.
 
¿Te acuerdas de lo que te dije? ¿Lo que escribi antes de marcharme? Sé que no lo leíste, sé que no lo sabes, pero dije que no te olvidaría. Y aquí estoy.
No sabía que las cosas podrían cambiar tanto en seis días. No me lo podía imaginar.
Aquel pueblo siempre fue para mí algo especial, un lugar donde relajarme y poder desconectar, y él nunca fue la razón por la que volvía siempre que podía. En cambio, ahora no sé. Dudo, pero en realidad, estoy casi segura de que cuando lo vuelva a ver puede que no sienta lo mismo que sentía cuando te veía a ti. Puede que sienta algo más fuerte. Puede que tal vez te vea de nuevo y se me olvide todo lo que pasó. Puede que. . . Puede que me equivocara. Me equivocara del todo, o tal vez, juzgara mal, no sintiera lo que creía. La verdad. . . La verdad es que solo sé que me fui a un pueblo y en él, conocí a alguien que me dio un beso que hizo que olvidara que llevaba meses esperando uno tuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario