lunes, 7 de mayo de 2012

Wake.

Es lo que hacemos todos: nos lanzamos, y esperamos poder volar.
Yo ya llevo unos días cayendo. Me arriesgué. Pensé que iba a ser diferente pero, no sé, las cosas no fueron como esperaba. Compréndeme. Tampoco esperaba una historia preciosa, digna de Hollywood, porque el tiempo me ha enseñado que esas historias solo existen en la imaginación de los productores, pero, no sé... Tal vez esperaba que detrás de cada gesto hubiera una razón. Quizá, solo esperaba un "Tú a mí también" Puede que esperara ver tu sonrisa todos los días, puede que sólo quisiera poder asomarme a tus ojos cuando quisiera, tal vez pretendía tener a alguien a quien agarrar de la mano los peores días, alguien que me acompañara a bailar bajo la lluvia, alguien que me hiciera sentir especial, alguien que estuviera ahí, que me escuchara en silencio y me dijera que todo está bien, que no pasa nada, aunque ambos supieramos que no es cierto. Alguien que me espere conectado hasta tarde, alguien que me envíe mensajes y me de toques cuando se aburra... Una inicial que poner junto a la mía. Besos, abrazos, caricias, te quieros. Y ahora toca lo más duro; despertar. Porque en el fondo, no quiero despertar. Supongo que ya soy adicta, a ti.
Me tiré; pensé que volaba, pero tú no estabas abajo para recogerme, y sin embargo, solo necesito verte para sentir que vuelo de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario