Empiezo a ser aficionada total a los imposibles. Ya ves, quizá el día que nací se me asignó ese rasgo, ese aspecto de mí que sale a relucir a veces. Te ví, y simplemente, dejé que mi felicidad dependiera de ti, sin que me importara lo lejos que estás, lo sumamente imposible que es. Y la verdad, es que estoy empezando a pensar que no es tan raro. Para mí, desde luego, no. Hasta parece que se está convirtiendo en un hábito. Joder...
No hay comentarios:
Publicar un comentario