A veces, en situaciones como esta, pienso en ti, mi querido amigo. Imagino qué harías tú si estuvieras en mi lugar, y sólo de pensar verte en una situación parecida me entra la risa y me ayuda a relajarme. Imagino que con una ojeada ya sabrías todo; te bastaría una mirada para corregir todos los detalles. Por nada del mundo dejarías que los nervios te traicionaran, ¿verdad que no? Te mantendrías callado, observando, y cuando llegara la hora de afrontar el problema lo mirarías con toda tu calma y no dejarías que te venciera, lo derrotarías fríamente y sin margen de error. Siempre pienso en ti, a veces, me imagino siendo tú. Me calmo, hago que los nervios desaparezcan y afronto el problema con toda la calma con la que tú lo harías.
Me siento en el pupitre delante de una hoja en blanco y de verdad, es como si tú estuvieras conmigo.
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