sábado, 15 de diciembre de 2012

Desde entonces, tengo miedo del karma; por aquello de "aquel a quien quieres no te quiere, porque tú no amaste al que te amó."

Ni siquiera recuerdo cómo te conocí. Si alguien me dijo tu nombre y yo te di dos besos diciéndote el mío, o tal vez, simplemente te sentaste a mi lado en aquel sofá, ese sábado de fiesta, cuando yo había estado llorando un par de minutos antes. Me hiciste cosquillas, y tampoco recuerdo si a mí me hizo gracia, o simplemente deseé estar en cualquier otro lugar; y desde ahí, empezaste a saludarme cada día. Y al tiempo, me dijiste que me querías, que te enamoraste con solo mirarme. Me echas de menos si no me conecto, tu día se alegra cuando hablas conmigo, me llamas princesa y rematas cada conversación con un te quiero. Y lo siento. Lo siento mucho, por no haber cortado esto desde el primer día en el que me saludaste sin yo haber querido hablarte, siquiera conocerte. Lo siento. Porque no eres tú el que quiero que me salude todos los días, no quiero ser tu princesita, no quiero que seas tú el que se preocupe y me diga que si alguien se mete conmigo, tú me defenderas. No puedo enamorarme de ti. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario