lunes, 8 de octubre de 2012

-Una canción para ti-

Más tarde me llevó un minuto recordar cómo había ocurrido exactamente. Si fui yo la que me volví y avancé hasta él, o fue él. Solo supe que no nos habíamos encontrado a mitad de camino. Era una distancia corta, en realidad, no merecía la pena discutir por ello. Y a lo mejor no importaba tanto si fue él o fui yo quien dio el primer paso. Lo único que sé es que él estaba ahí.


Y así, mientras el resto del mundo seguía a lo suyo, bebiendo café, leyendo las páginas deportivas y recogiendo la ropa de la lavandería, yo me incliné y lo besé, tomando una decisión que lo cambiaría todo. Tal vez en algún lugar se produjo una ondulación, o un salto, o algún cambio en el univierso, apenas perceptible. Yo no lo sentí enconces. Solo sentí que él me devolvía el beso, que me llevaba a la luz del sol, mientras me perdía en su sabor y sentía que el mundo avanzaba, como siempre lo había hecho, a nuestro alrededor.

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