jueves, 20 de septiembre de 2012

-Lo poco que sé de la vida, es que se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa, y se olvida tomando dos-

Me gustaría tener un libro de instrucciones, de ayuda para esto que se llama vida. Para todo en general. Uno que tuviera algo así como un índice en la primera página. Una lista de los errores que no puedes cometer. De las situaciones que tienes que evitar. De las cosas que no tienes que hacer, de las que no tienes que decir. De las personas que no tienes que conocer para ahorrarte problemas.
No.
Me gustaría tener un libro de instrucciones para quemarlo.
¿Qué es eso? ¿Un libro? ¿Qué sería de la vida si alguien escribiera cómo debes vivirla? ¿Donde quedaría la sorpresa, la emoción, el destino, el futuro? Yo no sé nada de la vida; solo sé que está para vivirla.
Para cometar errores, de esos que luego te arrepientes, y de aquellos que te alegras de haberlos cometido. Para decir cosas sin pensar, por impulso. Porque sí. Para no callarte nada, para no contenerte y hacer lo que te pida el cuerpo, lo que te apetece. Para enamorarte. Desenamorarte. Volverte a enamorar. Besar. Que él te coja y te haga sentir una princesa, porque te mereces ser una princesa. Gritar en medio de una calle llena de gente. Que todo el mundo te oiga; que te has equivocado, que sí. Que te vas a volver a equivocar. Una y otra vez. Y es que, quieres equivocarte, porque es la única manera de aprender. Porque la vida no viene con libro de instrucciones, ya que lo quemé. Y me alegro de haberlo echo.

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