Otra vez ha vuelto ese pensamiento a mi mente, he intentado
echarle pero se ha resistido. Éramos tu y yo juntos en un lugar apartado del
mundo, un gran campo verde con un pequeño rio que pasaba por ahí al lado todo lleno
de margaritas y de flores que lo hacían el
lugar perfecto y que creaban un momento en el que el separarme de ti sería algo
inalcanzable; estábamos echados en el suelo, abrazados, el sol iluminaba tus
ojos, todo era incomparable a cualquier otra cosa. El único defecto que tenía
era que era simple pensamiento que había llegado a mi cabeza y se había acomodado
allí dibujando una sonrisa en mi cara no era la realidad, y es que desde hace
mucho tiempo no he llegado a concentrarme como antes porque siempre estabas tú
ya en mi mente con aquel momento perfecto colgando. ¿Y si vuelves? Creo que no sería una mala idea.
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