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Ya lo ves. Me enganché, me hice adicta a ti. Y ahora no me puedo despegar, no me puedo apartar. Recuérdalo: solo fue una sonrisa sumada a un par de palabras y un roce no intencionado, aquel 30 de marzo. Y me volví loca. ¿Sabes por qué? Porque te necesitaba, necesitaba que vinieras, que me encontraras, necesitaba encontrarte. Mi cabeza había estado llena de cosas sin sentido durante semanas y mi corazón ni siquiera sabía lo que sentía. Y de pronto llegas tú y pones todo en orden, le das a todo un nuevo significado. Llevaba meses colgada de alguien que no merecía la pena, que no era lo que decía ser, y de repente, apareciste tú, en el momento perfecto, cuando lo necesitaba. Cambiaste todo aquello, y pasó a ser mejor, mucho mejor, gracias a ti, a tu maravillosa sonrisa y a tus preciosos ojos~