- ¿Qué?- Respondió ella.
-Tus orejas.
-¿Mis orejas?- Preguntó, sorprendida.
-Sí, tus orejas- Asintió él, sonriendo.
-Vaya...nunca nadie me ha dicho que le gustan mis orejas.
La sonrisa de él se hizo más amplia:
-Por eso. Quiero ser la única persona que te diga que le gustan tus orejas. Quiero ser el que más te quiera, y más te lo repita, el que más te cuide, el que más te proteja, y el que más miedo tenga de perderte. Quiero ser totalmente único, para ti.
Yo quiero contigo todo~
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